Esta pandemia no sólo ha cambiado nuestra forma de relacionarnos, también ha supuesto un punto de inflexión desconocido entre los pequeños y medianos comerciantes: los comercios a pie de calle han sido uno de los principales afectados por las consecuencias del virus. Las cifras hablan por sí solas: entre marzo y agosto de 2020 se han destruido 74.300 empresas y esto ha provocado un aumento considerable del número de locales disponibles a la venta. ¿Por qué esta tendencia? Muy fácil, las medidas de confinamiento, las recomendaciones de distanciamiento social, las restricciones de desplazamiento y la destrucción de empleo han hecho pensar a los dueños de locales comerciales en cómo salir adelante de otra forma: convirtiendo su local comercial en vivienda.
