La aparición del Covid-19 y su evolución en pandemia no solo ha generado un problema de salud pública a escala global, sino que ha conmocionado la economía, provocando la mayor crisis desde la II Guerra Mundial, y ha cambiado radicalmente nuestras vidas. La humanidad fue pasando progresivamente desde una despreocupación inicial, subestimando la gravedad del problema, hasta un estado de inseguridad e incertidumbre.

La ausencia de un tratamiento médico efectivo, el obligado confinamiento durante meses y las preocupaciones derivadas de las repercusiones económicas, han llevado a que el mundo mire a la ciencia como la última esperanza para recuperar la normalidad perdida. Los laboratorios farmacéuticos, universidades y centros de investigación se han lanzado a una carrera desbocada para encontrar la vacuna que ponga fin a la inquietud con la que convivimos desde hace meses. Para ello, han contado con un apoyo financiero sin precedentes y los científicos han establecidos canales de intercambio de información a nivel global para, de forma solidaria, acelerar el ansiado remedio.
Aunque la administración de la vacuna aún no sea una realidad, el resultado de todos estos esfuerzos ha sido espectacular. Desde el ámbito científico señalan que el plazo habitual para desarrollar una vacuna efectiva y segura ronda habitualmente los 15 años. En esta ocasión, todo apunta a que podríamos contar no con una, sino con varias vacunas distintas, desarrolladas en plazo aproximado de un año desde que se iniciaran las investigaciones.
La ansiedad se ha generalizado y el mundo, que pareció recuperar el optimismo hace unos meses cuando las medidas de distanciamiento social propiciaron una desescalada, con la llegada de una segunda ola de contagios y un nuevo endurecimiento de las restricciones ha vuelto a depositar todas sus esperanzas en la llegada de la vacuna. De tal forma que los avances en este campo se actualizan cada día, cuando no cada hora.
Pero, ¿cuándo comenzará a vacunarse la población y cuánto tardaremos en recuperar nuestra antigua vida? Esa es la pregunta que se hace todo el mundo. Las noticias de que al menos dos de los proyectos de vacuna han demostrado ser seguros y con unas tasas de efectividad superiores al 90%, dispararon el optimismo inicialmente, aunque después se ha visto mitigado al comprobar que su administración masiva llevará bastante tiempo, lo cual supone que tendremos que mantener las medidas preventivas todavía durante largos meses.
Aunque son más de 300 los proyectos que están en proceso de investigación, solo un puñado de ellas se encuentran en fases avanzadas y podrían llegar en breve. De hecho, solo dos han superado ya la fase 3 de investigación y se dirigen hacia la aprobación definitiva por parte de las autoridades sanitarias: Son las de Pfizer y Moderna. A ellas se suma la de AstraZeneca, también muy avanzada pero ligeramente por detrás en su avance.
Estas son las características de las tres vacunas que con más probabilidades de empezar a administrarse en pocos meses:
Pfizer/BioNtech/Fosun Pharma: usa el tipo experimental del ARN mensajero. Se ha probado ya en casi 44.000 personas de varios países. Los estudios preliminares han arrojado una eficacia del 90%. Ente sus inconvenientes, destaca que requiere una temperatura de -80 grados para su conservación. La fecha de aprobación para la comercialización está prevista a finales de 2020, con una capacidad de producción de 50 millones de dosis. Para 2021 pretenden tener 1.300 millones más.
Moderna/ NIAID: También usa el ARN mensajero. 30.000 personas son las que se han inyectado sus dosis en EE.UU. Se espera que esté lista también para finales de 2020, aunque su producción no estaría de forma inmediata, sino para el año que viene, donde esperan la fabricación de entre 500 a 1.000 millones.
AstraZeneca/Universidad de Oxford: usa un vector viral y se ha probado ya en 30.000 personas de Reino Unido, Brasil, India, EE.UU. y Perú. Aun siendo de las más avanzadas aún no tiene una fecha prevista para la producción, aunque quieren fabricar 3.000 millones de dosis en el mundo.
A estas tres vacunas se irán sumando tras a lo largo de 2021. Entre ellas se encuentran los proyectos desarrollado en China y Rusia, también muy adelantados en su desarrollo, pero que, inicialmente, no están entre los elegidos para administrarlos en la Unión Europea.