Abril será recordado como uno de los peores meses para el sector inmobiliario. Con la práctica totalidad de España confinada, la compraventa de viviendas se desplomó un 71,3%, hasta las 14.459 transacciones, según cifras del Consejo General del Notariado. El precio medio de dichas operaciones fue de 1.464 euros, lo que supuso un incremento interanual del 3,3%. Las nuevas formas de comercialización, las estrategias online y el esfuerzo de los profesionales de la industria lograron que, en el caso de vivienda nueva, el descenso fuera del 62,5% con un incremento de precios del 2,5%, mientras que en segunda mundo la caída fue del 72,8%.

En este sentido, un reciente informe de BBVA Research señala, en todo caso, que la situación del mercado es “bastante más halagüeña” que la de 2008 a la hora de afrontar un ajuste, ya que en 2008 el precio del metro cuadrado era de unos 2.100 euros de media en España, mientras que ahora se sitúa en 1.650 euros. Según esta entidad, “a día de hoy, el esfuerzo para adquirir una vivienda es más reducido” que hace una década (el porcentaje de renta dedicado al pago de hipoteca es del 32% mientras que al comienzo de la recesión anterior superaba el 50%) y “la situación financiera es más saneada” (el endeudamiento de las familias ha pasado del 171% en 2006 al 131% en 2019).
Desde el sector parece existir bastante confianza en que la segunda parte del año, en especial durante el último trimestre, la compraventa de inmuebles se recuperará. Al menos, así lo revela el más reciente Barómetro Inmobiliario ‘El sentimiento de mercado de los profesionales inmobiliarios’, realizado por la Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI) y Spanish International Realty Alliance (SIRA), que indica que el 55% de los profesionales inmobiliarios consultados opina que habrá una próxima estabilización en la industria durante los meses venideros, mientras que uno de cada tres señala, incluso, que confía en cerrar pronto las operaciones iniciadas durante la fase de desescalada.
A pesar de que más de la tercera parte de los vendedores afirma que las semanas de confinamiento supusieron, en la práctica, una paralización muy notable de la actividad, con descenso superiores al 50% de media, la mitad de los encuestados también asegura que, a grandes rasgos, el precio de la vivienda no ha sufrido grandes descensos, ya que, aun en un contexto en el que no era posible desarrollar su trabajo en plenitud, sí que lograron mantener su cartera de clientes y gran parte de sus operaciones vivas. De hecho, solo un 11% reconoce haber sufrido un descenso de trabajo del 50%.
Futuro de optimismo
El contexto de recuperación económica, el mantenimiento de los bajos tipos de interés y la posibilidad de reactivar las visitas comerciales a inmuebles parecen ser elementos suficientes para que los profesionales del sector vean con esperanza el segundo semestre del año. Alrededor de dos de cada tres, según el Barómetro, estima que su cartera de inmuebles crecerá en un rango que va del 5 al 25%, en tanto que casi la mitad cree que el interés de compradores y vendedores se disparará en torno a un 10%. En esta línea, seis de cada diez agentes apuntan a que las ofertas tramitadas se estabilizarán y que, incluso, crecerá la demanda de potenciales interesados en visitar una vivienda.
Así las cosas, un 55% espera que se producirá una estabilización en el mercado, tanto en el número de operaciones como en los precios, aunque un porcentaje relevante incluso prevé un aumento de entre un 5 y un 15% en el cierre efectivo de operaciones. Otro indicador que complementa este optimismo, según el estudio, es que tres de cada cinco profesionales inmobiliarios creen que no se producirán apenas cambios en las plantillas de las agencias, en previsión de este progresivo retorno a los niveles previos al estallido de la crisis sanitaria. Además de estas cifras, cabe resaltar que el auge del teletrabajo implica que, cada vez más, las personas pasarán más tiempo en sus hogares, lo que significa que querrán que estos sean más espaciosos y habitables, es decir, que una parte importante de la calidad de vida pasará, fundamentalmente, por la vivienda. En este sentido, el contexto especialmente favorable para la concesión de hipotecas gracias al nivel tan bajo de los tipos de interés es probable que acelere la reactivación del sector en cuanto la recuperación comience a tomar forma. Algo que, en el caso de España, entidades como el FMI o el Banco Central Europeo, estiman que podría llegar a lo largo de 2021