
Incertidumbre y moderación. Estos dos parecen ser los conceptos básicos que dominarán el mercado de la vivienda a lo largo de los próximos meses. Una coyuntura marcada por los potenciales riesgos que pueden influir sobre el precio del metro cuadrado, como la inestabilidad política en España, los efectos reales de la nueva Ley Hipotecaria, las consecuencias del Brexit o la probable llegada de una recesión en la economía global con su nefasto traslado en la evolución del mercado laboral nacional. Junto a estas interrogantes, otras surgen directamente sobre el sector inmobiliario, que ha cumplido un lustro con los precios en crecimiento y que se acercan ya a niveles del boom de finales de la década pasada, que tan funestos resultados tuvo.
La inestabilidad política, los efectos reales de la nueva Ley Hipotecaria, las consecuencias del Brexit o la potencial llegada de una recesión en la economía global son factores de riesgo para la evolución de los precios
Potenciales amenazas
De acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), a lo largo de 2019 la vivienda se encareció de media en España por encima del 5%, quedándose casi dos puntos por debajo del año anterior. Barcelona y Madrid volvieron a liderar el incremento y se mantienen con diferencia como las ciudades más caras. En paralelo, los números de concesión de hipotecas también se mantuvieron en niveles semejantes a los de 2018, mientras que el número de compraventas incluso ha bajado ligeramente en los últimos doce meses. Todo ello confirma una cierta desaceleración en el sector, consecuencia de distintos factores, además de los ya citados:
- Este 2020 cabe destacar que el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) subirá en más de mil municipios, destacando por su tamaño algunos como los de Tarragona, Valladolid, Cádiz, Valencia, Córdoba o Sevilla. El encarecimiento medio que tendrán que abonar los propietarios de viviendas y locales será del 3%, aunque en algún caso superará el 5%.
- La entrada en vigor el pasado verano de la Ley de Contratos de Créditos Inmobiliarios, que ha provocado el aplazamiento de algunas operaciones.
- La desaceleración económica, que ya se ha trasladado a la realidad cotidiana de muchas familias, más preocupadas por aumentar su ahorro que por llevar a cabo nuevas inversiones.
- Descenso en la confianza sobre el futuro de la economía por parte de la población.
- Dudas sobre la llegada de nuevos cambios normativos en el sector tras el cambio político, que puede condicionar la toma de decisiones tanto de las familias como de las empresas.
- Incremento en los costes de producción, en especial, debido al crecimiento de los costes laborales por el aumento de la demanda de mano de obra.
- Menor concesión de créditos bancarios tanto a promotores como a compradores.
- Caída en los volúmenes de suelo finalista respecto a ejercicios anteriores.

A pesar de todo, muchos de estos riesgos pueden ir atenuándose conforme vaya avanzando el año, lo que podría contribuir no sólo a que se logren los mismos ratios de crecimiento en los precios del sector que en 2019, sino que, incluso, pudiesen mejorarse durante el segundo semestre. De hecho, existen elementos para ser optimistas: Si una de las consecuencias directas de la crisis de 2007 fue el aumento exponencial de los desahucios y de las ejecuciones hipotecarias, ahora, según el INE, el número de embargos de una propiedad tras el impago de un crédito bajó en el tercer trimestre de 2019 hasta las 947, lo que supone la cifra más baja en cinco años.
Este 2020 cabe destacar que el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) subirá en más de mil municipios, con un encarecimiento que oscilará entre el 3 y el 5%
Qué opinan los expertos
Según se consulten distintas fuentes, las previsiones sobre alza de precios de la vivienda en 2020 varían: Servihabitat, por ejemplo, lo cifra en el 4,8%, mientras Moody’s lo eleva hasta el 5,5%. Fotocasa, por su parte, modera su vaticinio al 3%, en línea con la consultora CBRE o con lo que estiman desde Tinsa. Los augurios menos optimistas parecen venir desde Pisos.com en donde apenas creen que repuntarán en torno a un 2%. En todo caso, en lo que sí que parece existir consenso en que las zonas de costa y las grandes urbes, principalmente Madrid y Barcelona, experimentarán los principales incrementos, con revalorizaciones que pueden superar el 5%, mientras que para el resto existirá una estabilización en los precios. Del mismo modo, la obra nueva será la que verá cómo sus precios se elevan más.
Las zonas de costa, Madrid y Barcelona, experimentarán los principales incrementos, con revalorizaciones que pueden superar el 5%, mientras que para el resto existirá una estabilización en los precios